9/27/2010

Una tarea

Jejeje ahora me dejaron una historia de tarea, pero pues la quiero compartir por aqui.

Pérdida quedo su sortija la buscaba y la buscaba pero no la encontraba, ya busco bajo los sillones y entre los cojines, ya busco entre las sabanas y los rincones. Mientras tanto platicaba con su amigo que cerca de la puerta con una cerveza estaba. -¡Chale beto! Esta cena era solo para proponerle matrimonio. – Su tranquilidad no volvía, mientras que Beto con toda serenidad le decía. -¡Vamos amigo! hagamos un recuento, ¿Qué hiciste ayer?
-Ayer pues solo fui a trabajar, salí tarde del trabajo y solo pude ir a comprar el anillo. – beto se rascaba la barba mientras pensaba. – Y… ¿dónde la dejaste?¿ No recuerdas algún lugar donde pudo haber quedado?- El solo se quedó con la vista fija perdida, hasta que volvió en sí – Solo fui al baño y me lance a dormir. –
-¿Al baño?- Exclamo beto, y donde te habías puesto el anillo, un silencio irrumpio todo, desde el ruido que hacían todas las cosas al moverse hasta el ritmo que provoca beto con su zapato.
-¡No mames! ¿Quién está mas pendejo que yo?-decía mientras observaba el retrete, beto no pudo contener la risa, pero se sorprendió al ver que su compañero seguía serio – ¿beto? ¡Vamos a buscarlo!- beto lanzo tremenda carcajada –Estas güey no sabes ni que rumbo tomo ni nada como piensas rescatarlo.- Pero su compañero seguía serio observando ese retrete.- … sin el puto anillo ¡no vamos!-
Después de una larga charla, unas chelas y unos cuantos sopapos beto logro tranquilizar a su compañero, para esto la cena a la que los cito ya llevaba más de media hora.
-Oye cabrón, ¿te acuerdas de aquel pinche chiste mamón que me contaste?- le pregunto beto a su amigo -¿Cuál chiste cabrón?-
-Aquella mamada de que se le pierde una dona a un pinche pirata, que se la haya una pareja que perdió el anillo y otra pendejada de una oveja.
-A simón ojala en la cena este el pinche pez con mi anillo… A la chingada güey la cena.
Ambos abandonaron el departamento a toda prisa y al subir al carro de su amigo beto se encandila con una luz muy fuerte.
-¡No mames cabron!- Mientras se cubria la cara
-¡Debe ser la luz al reflejarse en el mar! A esta hora suele brillar mucho
Pero al parecer esa no parecía ser la causa de tal brillo, ya que esta luz seguía y no solo molestando a beto, sino también al conductor hasta que beto le dijo:
-¡No mames güey! mira arriba.-