1/10/2010

Digerir el dolor

La oscuridad de esta noche me estremece, leo mi diario y me pregunto ¿que hecho de mi vida? leo y reeleo paginas pero para mi están en blanco, al parecer mi vida esta tan vacía como mi vaso, me levanto y me sirvo un poco mas de whisky, comienzo a meditar acerca de lo que hecho, cada mala decisión que eh tomado y me percato de que en esta vida no eh logrado nada.
En otras vida fui un guerrero, un asesino, un profeta, pero aquí estoy encerrado en este cuarto pretendiendo ser un escritor, mi trago raramente me sabe mas amargo, me acuesto y veo el techo, blanco y vació como, mi cabeza, no hay ideas, los editores no han respondido otra vez, mi vida se va por la borda, comienzo a leer los versos del profesor Dagnino y me encuentro con el siguiente verso:
Tus ojos testifican el abismo,
parpadeas para digerir el dolor.
Comienzo a reflejarme en mis ideas, doy otro trago para digerir el dolor, pero nada es tan doloroso como este insomnio, el trago y mi vida, me asomo a la ventana esperando que alguien en la calle comparta mi dolor en esta noche, pero la calle esta sola, diviso muchos carros estacionados, tal vez todos ya estén dormidos, pero no puedo disfrutar de esta noche como ellos.
Ni un ruido, nada en la televisión, no hay distracción, las campanas de la iglesia comienzan a sonar pero parece que a esta misa asistirá, me comienzo a percatar que mañana trabajo y cansancio sera insoportable, la gente vendar e ira al negocio, pero no por hoy no puedo convivir conmigo mismo, me doy asco, aquel sin rasurar, que no es atractivo, que no le cae bien a nadie y mi trago se acabo.
Voy por un poco mas tambaleando mis piernas ya están débiles, pero no me importa, al fin estoy briago y este trago es mi pase a un sueño seguro pero breve.